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¿Y quién cuida al que cuida?

SINDROME DEL CUIDADOR

  • Contrae un gran carga física y psíquica

  • Se responsabiliza de la vida del enfermo: medicación, higiene, cuidados, alimentación, etc.

  • Va perdiendo paulatinamente su independencia, porque el enfermo cada vez le absorbe más.

  • Se desatiende a sí mism@: no consigue el tiempo libre necesario para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades, etc. y acaba paralizando, durante largos años, su proyecto vital.

PROBLEMAS Y SOLUCIONES


Dejar de lado la propia vida para hacerse cargo del cuidado de otro puede conllevar efectos secundarios importantes:

  • Agresividad contra los demás, porque siguen su vida, porque son capaces de ser felices a pesar del problema que hay en casa.

  • Gran tensión contra otros cuidadores auxiliares porque "todo lo hacen mal", no saben mover al enfermo, no le han dado a la hora correcta la medicación, etc. Esta es una manifestación del agotamiento, la ansiedad, y el estrés acumulados.

  • Aislamiento progresivo y tendencia a encerrarse en uno mismo.

  • Depresión, cansancio, ansiedad. Angustia.

  • Debido a la gran carga de responsabilidad, los cuidadores auxiliares, familiares y amigos deben procurar que el cuidador principal acuda a la consulta del médico para tratar de su estado físico y psíquico.

¿QUÉ AYUDA?

  • Adquirir INFORMACION sobre los cuidados a impartir al paciente, para ello siempre puede consultar con su médico y/o su enfermera.

  • La familia debe PLANIFICAR el futuro del enfermo y el de la propia familia.

  • PREOCUPARSE DE UNO MISMO

¿QUE HACER CON LOS PROPIOS SENTIMIENTOS?

Darse cuenta de lo que se siente es el primer paso. No huir, camuflar o reprimir las emociones, sino darse permiso para reconocerlas. Después, aprender a manejarlas, que sean nuestra propia riqueza no nuestros perturbadores implacables y desesperantes. El cuidador principal a menudo está abrumado y de poco le valen los consejos de otros familiares.

Las reacciones emocionales, los sentimientos en los que puede caer como consecuencia de convivir, atender y querer a su familiar enfermo, son múltiples, y cada cual reacciona a su modo aunque el abanico de emociones sea extenso. Aunque cada persona, cada enfermo y cada familia son diferentes, se exponen a continuación algunas de las perturbaciones del carácter que pueden afectar al cuidador principal.


TRISTEZA

A pesar de lo doloroso de la situación, el cuidador no debe abandonarse a la tristeza. La melancolía corre el riesgo de le empañarle la vida y no le permitirá disfrutar de otros momentos felices.


PREOCUPACION

Constantemente le abruma el futuro. Es inevitable que se encuentre preocupado, pero hay que vivir el presente, sin dejarse enmarañar por un futuro incierto, no hay que dejar de vivir el presente por pensar en el futuro.


SOLEDAD

Es vital no sentirse solo. Debe buscar amigos y compañía allí donde pueda: vecinos, centros recreativos, asociaciones, etc.


IRRITABILIDAD

Porque está cansado de hacerse cargo del enfermo, porque nadie le ayuda o así lo siente, porque está sacrificando sus aficiones, porque los días pasan con pena y sin alegrías


CULPABILIDAD

Culpabilidad por los propios errores o inadecuaciones en la tarea. Debe asumirlos como inevitables y tratar de mejorar, dentro de lo que cada uno puede dar.


DEPRESION

Cuando la tristeza, la preocupación, la soledad y la desesperanza se viven sin otra alternativa se enferma de depresión.

En el caso de depresiones leves su estado de ánimo mejorará tomándose unas vacaciones, un tiempo alejado del enfermo, realizando alguna actividad gratificante, descansando lo suficiente, etc. En otras personas la depresión es más grave, la depresión severa no se cura por sí misma, por lo que deben acudir, sin falta, a un profesional bien de la medicina que le administrará medicamentos o a un psicoterapeuta que le tratará mediante psicoterapia o le pondrá en contacto con grupos de apoyo y/o personas que están en su misma situación.


ACTITUDES POSITIVAS DEL CUIDADOR


- Descanse lo suficiente o al menos lo que pueda. Si usted enferma las cosas se pondrán peor.

- Haga todo lo que pueda para conservar su propia salud. Vaya al médico periódicamente, consúltele lo que le duele, lo que siente, etc. y explíquele su situación personal. Muchas veces el cuidador debe medicarse por prescripción médica, para evitar el insomnio, la angustia o la depresión. También es frecuente la aparición de lesiones musculares, dolores de espalda, cervicales, etc., por el esfuerzo de mover al enfermo, para levantarle, ducharle, etc., que deben de ponerse en conocimiento del médico.

- No se aísle. A pesar de todo, continúe quedando con los buenos amigos que le quedan, aunque sea muy de vez en cuando. no corte lazos.

- Procure mantener alguna de las actividades que siempre le han divertido: ir al cine, pasear, tocar el piano, pintar, hacer punto, hacer crucigramas... cualquier cosa que le enriquezca y le distraiga.

- La risa, el amor y la alegría son fundamentales para su bienestar y para su vida con el enfermo. Si tiene la suerte de sentirse bien "en medio del temporal", no se avergüence de ello.

- Procúrese un pequeño tiempo a la semana para usted. Busque a un familiar, asistente etc., que cuide del enfermo unas horas a la semana para que pueda salir y relajarse. Y no olvide tomarse unas vacaciones, al menos anualmente.


Ojala pueda incorporar alguna de estas reflexiones o recomendaciones prácticas, y que le ayuden y aporten algún resultado positivo en su vida.




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“Yo hago mis cosas y tú haces las tuyas.                                           En muchas de las cosas que hago, tú tienes mucho que ver,       

y en muchas de tus cosas yo he contribuido.                                    Yo puedo ser yo contigo mientras tú puedas ser tú conmigo.     

Yo seré yo mientras tú seas tú;                                                            y aunque por casualidad nos hayamos encontrado,      

continuemos juntos o separados,                                                       nuestra vida nunca volverá a ser la misma ya que    

nuestro encuentro nos habrá enriquecido”    

                                                                                                                                                                       (Fritz Perls)

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